Si se hace un recorrido rápido sobre la investigación científica en Colombia, la queja casi siempre ha sido la misma: en el segundo país más biodiverso del mundo son muchas las trabas que se les ponen a los investigadores para que puedan estudiar el material biológico. Sin embargo, en 2013 el panorama empezó a cambiar. Con la firma de un decreto que reglamentó la recolección científica de especímenes con fines de investigación no comercial, en el cual se otorgaron permisos a centros de investigación hasta por diez años, los estudiosos empezaron a sentir que se les estaba facilitando hacer su trabajo.
Ahora, dos años después, el Ministerio de Ambiente presentó un proyecto de decreto y dos proyectos de resolución para reglamentar uno cobro para compensar la caza de fauna silvestre. Propuesta que muchos biólogos creen que podría desestimular la investigación de la biodiversidad en el país, pues, según explica el documento, por cada espécimen recolectado la persona deberá pagar una suma que variaría dependiendo del tipo de caza, el grupo trófico del animal, el coeficiente biótico (que entre otras cosas implica el estado de conservación de la especie) y el coeficiente de valoración (relativo al valor intrínseco de la especie).
La inconformidad del gremio ante la propuesta parte de la idea de que se equipare la recolección científica con cualquier otro tipo de caza, pues la utilización de animales o especímenes para la investigación científica no siempre genera pérdidas que deben ser compensadas.
Fuente:elespectador.com
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